Querida mamá:
Han pasado casi 10 meses desde que te marchaste y como te podrás imaginar, te extraño inmensamente. Han pasado muchas cosas desde que te fuiste, nos ha cambiado la vida a todos.
Mi papá, te extraña a rabiar, cada vez que te menciona sus ojos no logran contener las lágrimas. Hace un par de meses lo encontré en el living escuchando Elvis Presley, cabisbajo y me dijo que bailaba contigo esas canciones... bailamos unos minutos, llorando y recordandote, queriendo que estuvieras con nosotros.
Mis hermans están bien, la Paola siempre tan irreponsable y sensible, a veces me da rabia, tu sabes, siempre fue así, tengo la esperanza que algún entienda que la vida no es bilz y pap, pero que si se puede luchar por ser feliz. La Marisol, dentro de todo está bien, se compró un jeep recien y estaba recontenta, sigue soltera y sin nadie que la ronde... a veces me encantaría que llegara pololeando feliz y se case al poco tiempo.
Los pollitos están inmensos, tiene un año dos meses y son las cosas chicas más exquisitas de esta tierra... caminan por todos lados y son extremadamente inteligentes. Estarías feliz con tus nietos, mami, son maravillosos... me habría encantado que los vieses crecer... mi papá babea por ellos, son una luz inmensa para él.
Ahora yo... mmm... me encantaría tenerte al frente para contarte tantas cosas!. Cuando te fuiste, a pesar de mis ganas de nada, saque quinto adelante y me licencié en medicina. Fue algo emocionante después de toda la pena que vivimos con tu partida. Al cabo de 3 semanas ingresé al internado, del cual practicamente no he parado. He tenido momentos y momentos, pero afortunadamente he aprobado todo (no con la mejor nota, pero aprobado al fin y al cabo). Cuando estaba en mi internado de pediatría, conocí a un niño especial... se llama Diego. Siempre he tenido la sensación de que el día que apareció, fuiste gran gestora en ello. Me encantaría saber si lo elegiste por ahí y me lo mandaste para que lo conociera. Ay! mamá, él es un hombre maravilloso, sensible, tierno, atento, amoroso y exquisito conmigo. Las palabras me faltan para describir cómo es él. Lo unico que te puedo decir es que desde que apareció, en mi vida salió el sol despues de una larga y dura tormenta. Y para varear, tengo miedo, tengo mucho mucho miedo, porque hemos hablado de matrimonio, y es una decisión grandísima. No sabes cuánto me gustaría contarte todos los miedos que tengo aquí guardados. A ratos siento que nada en la vida puede ser más maravilloso que casarme con él y a veces pienso en qué pasaría si no resultase. Él me hace inmensamente feliz mamá, es un hombre que me hace vivir la vida de otra manera, mucho más feliz, mucho más tranquila. Es alguien que saca lo mejor de mí para mostráselo al resto, es alguien que me enseña a cada segundo. Además me cuida, me protege, me ama (no sólo sentirlo, si no que además obra consecuente a su amor), me siento inmensamente importante en su vida y siento que no existe nadie en el mundo más lindo que él. No sabes las ganas que tengo de que lo hubieses conocido, porque estoy segurísima, de que lo habrías amado con tu corazón de mamá, te habrías llevado increíble con él.
Mamá, no quiero que esta dulce primevera se acabe, pero tengo miedo, mucho miedo y quiero que me ayudes a apaciguar mi angustia, y actuar con tranquilidad para ser feliz... a ese hombre no lo quiero perder, porque... tu sabes por qué.
Mamita hermosa, te extraño con todo mi corazón, pero también sé que ahora estás mucho mejor...
Te amo, con todas mis fuerzas...
Tu hija, Jo.
martes, septiembre 04, 2007
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